27.1.08

Este es como nuestro Studio 54, sólo que sin la Andy Warhol... pero para qué la queremos si estamos nosotros.

El Mario anoche durante nuestra primera ida Patrick Miller, un antrazo harto diverso y kitsch.

Y andan por el DF, no pueden dejar de visitar este lugar de la Roma.

21.1.08

Pasado

Los recuerdos, estas sombras tan largas
de nuestro breve cuerpo;
este arrastramiento de muerte
que dejamos mientras vivimos,
los lúgubres y durables recuerdos,
helos aquí de nuevo:
melancólicos y mudos,
fantasmas agitados por un viento fúnebre.
Y ya no eres más que un recuerdo.
Estás clavada en mi memoria.
Ahora sí puedo decir
que eres mía
y que algo sucedió entre nosotros
irrevocablemente.
¡Todo acabó tan rápido!
Precipitado y leve
nos alcanzó el tiempo.
De instantes fugitivos urdí una historia
enmarañada y triste.
Debimos saber que el amor
quema la vida y hace volar el tiempo.


-Vincenzo Cardarelli
(Traducción de Guillermo Fernández)

*


Otra vez la misma sensación: despertar y no saber qué hora de qué día es y no tener ánimos para hacer nada, ni siquiera poner un pie fuera de la cama.


19.1.08

Sería bueno morirse de amor,
pudrirse deveras sin remedio,
meterse al culo tibio de la muerte,
derrumbarse,
repartir nuestra flor entre los deudos,

acostarse a esperar esa muerte
sin barbitúricos y sin navajas,
sin nada más que las ganas.

Sería bueno morirse de amor,
enredarse entre las sábanas como un taco,
sudar y sudar hasta que el otro
decida morirse de culpa,

para no estar aquí, junto al teléfono,
dando vueltas al aire del día
con los puños apretados en balde.

-Juan Carlos Bautista, Lenguas en erección (Quimera, 2007)

18.1.08

Para JJB

A mediados de la década de 1960, dado que se encuentra en la quiebra total, la diva alemana del cine jolivudense, Marlene Dietrich, acepta hacer unos conciertos en Las Vegas. Tal como años antes los había dado frente a los soldados estadounidenses que luchaban contra las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. El concierto del 12 de diciembre de 1964 en The Queen´s Theatre fue grabado y hace poco puesto en circulación en Alemania sencillamente bajo el nombre de Marlene Dietrich (H+L Verlag, 2000). Sin embargo, el concierto plasmado en este disco muestra otro temperamento de la diva. No la bravura, la fortaleza, la valentía con la que interpretaba las mismas canciones para levantar la moral a las tropas en el frente de guerra, sino, según el testimonio de su amiga Rosemary Clooney en el documental sobre la vida de la Dietrich, Her own song, había tristeza, nostalgia y principalmente rabia con la vida. Con esa rabia desgarradora interpretó “Falling in love again”, “Marie” y “Lili Marlene” y por eso el disco es, sin duda, una obra maestra.

*

Este es el video de esta grabación de la que hablo:


17.1.08

Vengo a estarme de luto por aquellos
Que han muerto a desabasto,
Por los que, rútilos o famélicos,
Procurando saciar su corazón o su hambre,
Cayeron en la trampa,
Eran flores de arena, papirolas,
Artificios de bubble gum, almas de azogue,
Veletas de discotheque, aleteos, dispendio
Pero eran también un alma, una palabra,
Un esqueleto de pan y sal,
Con rincones amables
Como el tuyo o el mío, compañero.

-Abigael Bohorquez

4.1.08

La caza de elefantes. Si la literatura no existiera esta sociedad no se molestaría en inventarla. Se inventarían las cátedras de literatura y las páginas de crítica de los periódicos y las editoriales y los cocktails literarios y las revistas de cultura y las becas de investigación, pero no la práctica arcaica, precaria, antieconómica que sostiene la estructura.
La situación actual de la literatura se sintetizaba, según Stece, en una opinión de Roman Jakobson. Cuando lo consultaron para darle un puesto de profesor en Harvard a Vladimir Nabokov, dijo: "Señores, respeto el talento literario del señor Nabokov, ¿pero a quién se le ocurre invitar a un elefante a dictar clases de zoología?"
La estúpida y siniestra concepción de Jakobson es la expresión sincera de la conciencia de gran crítico y gran lingüista y gran profesor que supone que cualquiera está más capacitado para hablar del arte de la prosa que el mayor novelista de este siglo. La autoridad de Jakobson le permite enunciar lo que todos sus colegas piensan y no se animan a decir. Se trata de una reivindicación gremial: los escritores no deben hablar de literatura para no quitarles el trabajo a los críticos y a los profesores.

De Prisión perpetua (Anagrama, 2006). Claro, de Ricardo Piglia.

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Quizá no hubo mayor placer en 2007 que iniciar y terminar el año leyendo dos libros de Piglia: La invación en enero, y este diciembre Prisión perpetua.

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Yo por eso mejor me alejo de la academia, y la aborrezco y la escupo desde mi torre de marfil.