19.2.08

Confesión forzada

Como no puedo abandonarme a la nostalgia en horas de oficina, como en el restaurante y en el autobús se reirían de mi carota triste; en virtud de que los programas de TV están peores cada día y carezco de otra afición en que gastar las primeras horas de la noche: añadiendo a lo anterior que no es el mío un cuerpazo de galán y que mis éxitos amorosos no suelen ser masivos ni instantáneos, vengo a confesarte que en estos momento me gana la añoranza y que daría la luna por volver a verte.

-José Joaquín Blanco.

13.2.08

[Luis Zapata en la UNAM]

Quimera invita a la presentación de la nueva novela de Luis Zapata: La historia de siempre

Presentan:
Nicolás Ruiz
Guilahem Dezeuze
Reyna Barrera
Michael Schuessler
Sergio Téllez-Pon
y el autor.

Modera: Tatiana Sule

Viernes 15 de febrero, 18 hrs.
Salón de actos, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.



11.2.08

Espero. Mientras espero en mi propia oficina para avanzar en los pendientes tomo un altero de revistas que están aquí desde hace tiempo (he visto como nuestras visitas las toman y las hojean mientras esperan: ahora también yo espero así que me dedico a hojearlas). Me encuentro con: revistas de modas, revistas del corazón, revistas de chismes, revistas de sociales y, finalemente, revistas porno ¡para hombres! Es decir, de mujeres para hombres, no de hombres para hombres que sería lo habitual en un lugar como este donde prácticamente todos no prácticamos la cópula con las hijas de Eva.

En fin, que en una Play Boy me encuentro con una entrevista de una mujer llamada Mónica Maristáin a otra mujer, dizque escritora, llamada Carmen Boullosa. No la leo toda, desde luego, la conversación me parece tontísima, la entrevista, las respuestas, pero llama mi atención que cuando Maristáin (quien ya se echó otra joyita en otra Play Boy, con un tal dizque erúdito llamado Nicolás Alvarado) le pregunta sobre cómo conoció a Roberto Bolaño, Boullosa se regodea y dice que ellos, en esa época querían se poetas, hacían todo por ser poetas y por eso iba con Tomás Elodia... ¿y quién era ese señor? No lo sé, y estoy seguro de que Maristáin tampoco lo sabe, y mucho menos Boullosa que lo nombró. ¿Será acaso Tomás Eloy Martínez o Tomás Segovia? Cuando eso sucede, es que ni quién hizo la entrevista y la trancribió supo de qué hablaban y mucho menos se tomó la molestia en investigar quién era para dar más datos al posible e hipócrita lector.

Y mientras sigo esperando, la polémica sobre el premio Aguascalientes de poesía se desata y la del Diccionario crítico de Domínguez Michael entra en estado crítico.

5.2.08

[Una escena surrealista]

Ya no sé, o no lo recuerdo bien, o, en todo caso, es una auténtica escena surrealista, el chiste es que las dos escenas se me cruzan: de las pocas veces que vi a Tito Monterroso, uno de los escritores que más admiro aunque muy secretamente, fue saliendo del cajero del Banamex de Miguel Ángel de Quevedo, lo saludé, claro, sin poder sostener una conversación porque la timidez me gana con las personas que admiro y no puedo hilar dos ideas, y si lo hago, acabo escupiendo una cosa totalmente distinta de la que pensaba. Luego, ya no sé si alguna vez también me crucé con Leonora Carrington saliendo del cajero de un banco, en cambio sí recuerdo y estoy seguro de haberla visto una vez caminando sola por la colonia Roma (¿estaba comiendo con Pável cuándo la vimos?) y otra con su hija saliendo del Superama de la calle Michoacán. Pero las escenas se me agolpan y se me cruzan en la cabeza y no estoy cierto de haberme encontrado con Leonora Carrington saliendo de un cajero, lo cual, ciertamente, sería lo más surrealista que me haya pasado en mi vida.